Loris Malaguzzi...

"Trabajar con los niños quiere decir tener que hacer las cuentas con pocas certezas y con muchas incertidumbres. Lo que nos salva es el buscar y no perder el lenguaje de la maravilla que perdura, en cambio, en los ojos y en la mente de los niños. Es necesario tener el coraje de producir obstinadamente proyectos y elecciones. Esto es competencia de la escuela y de la educación”.

viernes, 8 de enero de 2010

Los psiquiatras advierten del aumento de las cifras de suicidio en menores

Expansión - Publicado el 13-02-2008 , por Ángeles Gómez

Llamamientos a suicidios colectivos a través de la red, alimentados por conductas impulsivas y violentas, conforman un caldo de cultivo apropiado para inducir a los menores más vulnerables a acabar con su vida.
Un suicidio siempre es una tragedia, para la víctima y para su familia, pero el drama adquiere dimensiones inabarcables cuando el suicida es un niño. Lo preocupante es que las cifras de menores que se quitan la vida están aumentando en los países en desarrollo, donde el estilo de vida tiene mucho que ver en estas desgracias. "La impulsividad y la violencia de las sociedades avanzadas son preocupantes y pueden tener consecuencias fatales en personas vulnerables", asegura el catedrático de Psiquiatría Jerónimo Sáiz, de la Universidad de Alcalá de Henares, de Madrid.
Para que se produzca un suicidio deben converger dos condiciones: la presencia de factores neurobiológicos que hacen al individuo más vulnerable y un estresor (desencadenante del suicidio). Los expertos coinciden en que en las sociedades desarrolladas no faltan estresores, y no ocultan la preocupación que sienten ante las convocatorias de suicidios colectivos a través de la Red. Sáiz subraya que "es muy diferente un suicidio ritual que se produce en el contexto de una secta, que los suicidios inducidos a través de Internet, donde se pueden encontrar páginas que ofrecen amplia información sobre cómo quitarse la vida, y a la que los menores son muy vulnerables".


Píldoras mágicas para niños y adolescentes con problemas

Los datos indican que los niños de hoy son menos felices que los de antes, o al menos necesitan ayuda para superar sus conflictos mentales. Un estudio de ‘Express Scripts’ indica que en cuatro años, el consumo de antidepresivos entre la población infantil de Estados Unidos ha aumentado un 10%. Sólo en 2002, se recetaron antidepresivos a once millones de niños y adolescentes estadounidenses. Pero, paralelamente, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Alimentos de EEUU (FDA) ha advertido de que algunos estudios han revelado que el consumo de estos medicamentos favorece en los niños las tendencias suicidas y violentas.

A pesar de los peligros, los psiquiatras insisten en que son menores que los que implican la depresión o el trastorno bipolar. Éste puede ser especialmente grave cuando aparece durante la infancia, por eso hay que diagnosticarlo precozmente. En este campo puede tener aplicación el resultado de un estudio del equipo del español Óscar Marín, del CSIC, y que publicó ayer en su portada ‘The Journal of Neuroscience’, según el cual el desequilibrio en la distribución de neuronas en la corteza cerebral puede provocar esquizofrenia, trastorno bipolar y epilepsia.
La industria farmacéutica está buscando nuevos antidepresivos, más eficaces y con menos efectos adversos que los actuales. El interés está suficientemente justificado: sólo en España, el gasto anual en estos supera los 300 millones de euros.
http://www.expansion.com/2008/02/13/entorno/1088985.html

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